martes, 6 de marzo de 2012

Deficit de Atención

Alguien preguntaba como identificar el Deficit de Atención...


IDENTIFICAR EL DÉFICIT DE ATENCIÓN

Muchas personas me escriben preguntándome sobre el déficit de atención y si puedo recomendar algunas flores para ayudar a sus pequeños. Este tema es muy importante pues puede pasar por desapercibido hasta que algún maestro con ojos desorbitados nos da el notición y nos pide que llevemos al muchachito al médico porque no lo aguanta más.
Quisiera comenzar comentando sobre mi experiencia personal. Estoy segurísima de que si este síndrome se hubiese documentado en los años en que era una niñita, ¿adivinen quién hubiese sido la primera de la fila en la repartición de Ritalín y Glutacid? la misma que viste, calza y que está usted leyendo en este momento. Probablemente mi difunta madre me hubiese bañado en esas medicinas, me las hubiese inyectado y hasta las hubiese utilizado de loción capilar o gargarismos. Siempre fui muy distraída, me la pasaba en Galaxia Andrómeda imaginándome un mundo mejor fuera del salón de clases. Me pasaban por encima las explicaciones matemáticas, las reglas gramaticales, las orientaciones de los maestros. De hecho puedo rememorar claramente mis dificultades en el área de cálculo y el recordar fechas o información que contuviese números, ni hablar de química y física luego en bachillerato. Mi dispersión era mayúscula. Recuerdo que un día en el recreo jugando el avión, también llamado rayuela o pisé, a una compañerita le pegaron y la maestra quería testigos del hecho. Me preguntó "Núñez, ¿vio usted lo que pasó?" y yo respondí: "No Seño(rita), yo estaba en las nubes (del avión dibujado en el piso)" y ella inmediatamente respondió sarcásticamente: "Siempre está allí". 

Cuento mi experiencia porque entiendo de primera mano lo que se siente. La tolerancia a este tipo de circunstancias en la escuela puede ser muy baja por parte de padres y maestros además de los compañeritos de clase. Muchos se burlan de la condición, no incluyen a los afectados en los juegos o en los equipos de trabajo/deportes, en algunos casos incluso les acosan (bullying en inglés).  

El déficit de atención puede ir acompañado de hiperactividad, de hecho, ahora se le conoce como trastorno de hiperactividad y atención (TDAH). La parte de la atención está relacionada, como su nombre lo explica, a distracción de moderada a severa, periodos de atención breve, algunas veces acompañados con inestabilidad emocional. La parte de la hiperactividad se caracteriza por movimiento continuo y superior a lo esperado para la edad y desarrollo del niño y dificultades de atención por el ritmo e impulsividad. Puede ir asociado a otros síntomas, incluso los adultos pueden también padecerlo. Es cuatro veces más frecuente en los niños que en las niñas. Ellas pasan más desapercibidas (son menos “problemáticas” en el salón de clases o se confunde con asuntos del aprendizaje o trastornos emocionales). Sus síntomas más destacables son: falta de atención, errores por descuido, dificultades para completar actividades así como para organizarse y planificar tareas, evasión de las asignaciones que les supongan un esfuerzo mental. Además se distraen con facilidad, olvidan encargos o actividades y pierden cosas. Otro síntoma característico es que parece que no escuchan, lo cual suelen describir las propias niñas como un ensimismamiento que no pueden evitar.
Es importante distinguir si su niño(a) tiene dificultades de aprendizaje o si tiene trastorno de hiperactividad y atención. Cada uno se trata de diferente manera. En ambos casos sugiero visitar a un especialista (médico, psicólogo, psicopedagogo) para que le den el diagnóstico y el tratamiento adecuados. Las flores de Bach pueden ayudar con la emocionalidad de su hijo en relación al trastorno pero NO pueden ayudar con la condición físico/mental/cuadro clínico. Sería irresponsable decir lo contrario.
En mi caso particular era un problema de aprendizaje y falta de atención. Voy a explicarlo para que si usted es padre o madre pueda entender a su hijo si es el caso. Entré al primer grado de primaria con 5 años. En esa edad la infraestructura para el cálculo y operaciones abstractas no está del todo establecida en nuestro cerebro. Es a partir de los siete añitos que el niño comienza a resolver problemas utilizando experiencia e información. En otras palabras, mi mamá le estaba pidiendo peras al olmo. Imponer la entrada del niño a una clase no teniendo la edad adecuada no le hace un favor al pequeño. Al contrario, puede generar estrés, frustración y problemas de autoestima. Cada cosa en su momento. 

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