IDENTIFICAR EL DÉFICIT DE ATENCIÓN
por Marielena Núñez
Muchas personas me escriben preguntándome sobre el
déficit de atención y si puedo recomendar algunas flores para ayudar a sus pequeños. Este tema es muy
importante pues puede pasar por desapercibido hasta que algún maestro con ojos
desorbitados nos da el notición y nos pide que llevemos al muchachito al médico
porque no lo aguanta más.
Quisiera comenzar comentando sobre mi experiencia
personal. Estoy segurísima de que si este síndrome se hubiese documentado en
los años en que era una niñita, ¿adivinen quién hubiese sido la primera de la
fila en la repartición de Ritalín y Glutacid? la misma que viste, calza y que
está usted leyendo en este momento. Probablemente mi difunta madre me hubiese
bañado en esas medicinas, me las hubiese inyectado y hasta las hubiese
utilizado de loción capilar o gargarismos. Siempre fui muy distraída, me la
pasaba en Galaxia Andrómeda imaginándome un mundo mejor fuera del salón
de clases. Me pasaban por encima las explicaciones matemáticas, las reglas
gramaticales, las orientaciones de los maestros. De hecho puedo rememorar
claramente mis dificultades en el área de cálculo y el recordar fechas o
información que contuviese números, ni hablar de química y física luego en
bachillerato. Mi dispersión era mayúscula. Recuerdo que un día en el recreo
jugando el avión, también llamado rayuela o pisé, a una compañerita le pegaron
y la maestra quería testigos del hecho. Me preguntó "Núñez, ¿vio usted
lo que pasó?" y yo respondí: "No Seño(rita), yo estaba en las
nubes (del avión dibujado en el piso)" y ella inmediatamente
respondió sarcásticamente: "Siempre está allí".
Cuento mi experiencia porque
entiendo de primera mano lo que se siente. La tolerancia a este tipo de
circunstancias en la escuela puede ser muy baja por parte de padres y maestros
además de los compañeritos de clase. Muchos se burlan de la condición, no
incluyen a los afectados en los juegos o en los equipos de trabajo/deportes, en
algunos casos incluso les acosan (bullying en inglés).
El déficit de atención puede ir acompañado de
hiperactividad, de hecho, ahora se le conoce como trastorno de hiperactividad y
atención (TDAH). La parte de la atención está relacionada, como su nombre lo
explica, a distracción de moderada a severa, periodos de atención breve,
algunas veces acompañados con inestabilidad emocional. La parte de la
hiperactividad se caracteriza por movimiento continuo y superior a lo esperado
para la edad y desarrollo del niño y dificultades de atención por el ritmo e
impulsividad. Puede ir asociado a otros síntomas, incluso los adultos pueden
también padecerlo. Es cuatro veces más frecuente en los niños que en las niñas.
Ellas pasan más desapercibidas (son menos “problemáticas” en el salón de clases
o se confunde con asuntos del aprendizaje o trastornos emocionales). Sus
síntomas más destacables son: falta de atención, errores por descuido,
dificultades para completar actividades así como para organizarse y planificar
tareas, evasión de las asignaciones que les supongan un esfuerzo mental. Además
se distraen con facilidad, olvidan encargos o actividades y pierden cosas. Otro
síntoma característico es que parece que no escuchan, lo cual suelen describir
las propias niñas como un ensimismamiento que no pueden evitar.
Es importante distinguir si su niño(a) tiene dificultades
de aprendizaje o si tiene trastorno de hiperactividad y atención. Cada uno se
trata de diferente manera. En ambos casos sugiero visitar a un especialista
(médico, psicólogo, psicopedagogo) para que le den el diagnóstico y el
tratamiento adecuados. Las flores de Bach pueden ayudar con la emocionalidad
de su hijo en relación al trastorno pero NO pueden ayudar con la
condición físico/mental/cuadro clínico. Sería irresponsable decir lo contrario.
En mi caso particular era un
problema de aprendizaje y falta de atención. Voy a explicarlo para que si usted
es padre o madre pueda entender a su hijo si es el caso. Entré al primer grado
de primaria con 5 años. En esa edad la infraestructura para el cálculo y
operaciones abstractas no está del todo establecida en nuestro cerebro. Es a
partir de los siete añitos que el niño comienza a resolver problemas utilizando
experiencia e información. En otras palabras, mi mamá le estaba pidiendo peras
al olmo. Imponer la entrada del niño a una clase no teniendo la edad adecuada
no le hace un favor al pequeño. Al contrario, puede generar estrés, frustración y problemas de autoestima.
Cada cosa en su momento.
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